Los Reanimados- La historiaCapitulo 1
3 de Septiembre de 2011
Son las 10 de la mañana, me levanto, aun que me cueste, y me tomo un café.
Repaso los diarios a través de internet, y desayuno unos cruasanes.
¿Quién me diría 2 meses atrás que en estas fechas perdería mi trabajo?
Es duro, pero busco otro empleo, aun que la crisis económica ya no es tanta crisis.
Hoy será otro de los días de mi rutina, y acabaré “cenando” una pizza precocinada y viendo alguna película.
Me dispongo a comer, ya son las dos y media del mediodía, pongo las noticias en la tele, pero la mitad no las escucho, cosa de no prestar atención, oí algo de la famosa “Gripe A”, pero no es posible, 3 meses atrás se erradicó por completo en España.
Paso por completo de ello, y la siguiente noticia es sobre economía…
¿Economía? Que sabrán ellos, si los que hablan por la tele no sufrieron nada en la crisis, ellos solo te pueden hablar mierda, chorradas, la gente que de verdad lo sufrió, fueron familias enteras, que no llegaban a fin de mes, o profesores de economía, que con sueldos mileurista, que veían en primer plano la triste película de la recesión económica.
La pizza ya está lista, mientras que la estoy viendo, miro un programa en el canal satélite, ret+25, que trata sobre la actualidad. Suena el timbre, me dispongo a abrir pensando quien podría ser, no habituaban las visitas a mi casa. Y una grata sorpresa, vinieron dos amigos míos, de mi quinta más o menos, unos 23 años.
Les ofrecí algo de beber, de lo poco que tenía en casa, pero se negaron, de hecho, trajeron bolsas con comida y bebida, para pasar el día conmigo.
Hacía mucho tiempo que no nos reuníamos para hablar y estar juntos, me alegraba de la situación.
Bueno, yo anteriormente había estado de servicio en el ejército, pero me expulsaron por problemas con mi capitán, cosas de la vida, no teníamos las mismas ideologías.
Yo era un chico “normal” coleccionaba armas, me encantaban los juegos de ordenador y salir de fiesta, lo normal para un chico de 22 años. De ahí que no me reuniera mucho tiempo con los que fueron mis amigos, siempre tenía un servicio que hacer.
A mediados de la noche, sobre las 2 de la madrugada, me percaté de que algo no marchaba del todo bien, oí algunos golpes y cuando oí caer una maceta, estaba convencido, había alguien fuera, quizás intentando entrar en la casa para robar.
Tenía una porra extensible, me la compré en su día en un adiestramiento en Alemania, adiestrándonos junto a los SAS, los Navy Seals y junto a las tropas especiales alemanas.
Me dispongo a espiar desde dentro al asaltante, cuando lo detecto, pero… Se comporta de forma extraña, algo así como nervioso, y no humanamente nervioso, sino como un animal. Recuerdo gente así en Guinea, en aquella escolta a un buque, en la estancia de un puerto.
De pronto se percata de que alguien le observa, se posiciona con una actitud de vigilancia y comienza a correr. Yo, desde fuera, compruebo de que todo sigue en su sitio, y me marcho a dormir.
